Nuestra querida Mª Carmen Rico Navarro, Cronista de Petrer, realiza un estudio sobre el nombre de San Bonifacio y las personas que en nuestra población así se llaman. Leyéndolo conocemos curiosidades acerca de la onomástica del día 14 de mayo, día del Patrón de la Fiesta de Moros y Cristianos.
“El 14 de mayo de 1990, hace ahora 31 años, la Caja de Crédito de Petrel, a través de su Obra Social, tuvo la feliz iniciativa de convocar a 11 personas en un simpático y entrañable acto, que tuvo lugar en el salón de actos de la Cooperativa Agrícola en la calle Gabriel Payá. A diez hombres y a una mujer con los nombres de Bonifacio y Bonifacia se les hizo entrega de una estatuilla de bronce de nuestro santo patrón, en recuerdo de esta efeméride y con el deseo, algo complicado en los tiempos que corren y que corrían por aquel entonces, que este nombre se extendiera más entre nuestros convecinos.
Hoy, el nombre de Bonifacio parece que está en desuso e incluso puede parecernos anacrónico, pero lo cierto es que este nombre tiene fuertes vínculos con Petrer. Por lo que se refiere a su etimología seguro que nos vamos a sorprender gratamente. El significado de este nombre propio masculino de origen latino es «el buen destino» y deriva de las palabras latinas «bonus» que significa bueno y «fatum» que significa «hado». También se le atribuyen otros significados como el “buenhacer”, el que hace el bien.
El nombre de Bonifacio está muy vinculado a Petrer. Debemos recordar que la villa hizo el voto el 28 de junio de 1614 para que nos protegiera de las inclemencias del tiempo: granizo, piedras, rayos…, firmándose un acta el 28 de junio de 1614 por la que se declaraba fiesta el día de su celebración. No podemos olvidar el origen agrícola de Petrer. Con motivo de esta devoción al santo en 1634 se construyó una ermita en su honor que se amplió en 1754 y hay una calle con su nombre por la que se accede a la ermita. También apuntar como curiosidad que a la campana de San Bonifacio bendecida el 24 de agosto de 1941, festividad de San Bartolomé, que la regaló el Sindicato Agrícola, se le pusieron los nombres de Bonifacia, Nuestra Señora del Remedio y San Bartolomé. Fue construida en los talleres de Bautista Roses Soler, de Adzaneta de Albaida, con un peso de 64,5 kilos y un precio de 893 ptas. El eje, yugo y demás accesorios se fabricaron en Petrer.
El estudio de los censos y fuentes documentales nos permiten dar un repaso y conocer cómo ha evolucionado este nombre. Entre los 100 vecinos que llegan a Petrer en 1611 y con los que se inicia la repoblación, tras la expulsión de los moriscos, no aparece ninguno con este nombre. En 1636 hay 2 vecinos y son Bonifacio Rico y Bonifacio Amat, mientras que Bartolomés constan 6. En el censo de 1646 solo aparece Bonifacio Amat. Un siglo después, en el censo de 1754, hay 7 Bonifacios, 3 Bonifacias y 2 María Bonifacias. Como curiosidad apuntar que en este último censo aparecen 37 Bartolomés y no consta ninguna Remedios, patrona de Petrer desde 1683.
Los diez Bonifacios y Bonifacia que había en 1990 estuvieron acompañados en su encuentro por los anfitriones de la convocatoria el presidente de la Caja de Crédito de Petrel Vicente Rico Navarro y el director gerente Juan Poveda López. Al acto también se unió el Ayuntamiento, representado por el concejal de Cultura, Juan Conejero Sánchez, el presidente de la Unión de Festejos San Bonifacio mártir, Antonio Navarro Bernabé y el sacerdote de la parroquia de san Bartolomé José Tormo Porta.
En el distendido acto “los tocayos” que llevan este nombre compartieron anécdotas y “genealogía” comentando desde cuándo estaba el nombre en su familia y otras cuestiones referentes a ese nombre tan de Petrer.
Esta entrañable idea y original iniciativa de reunir a las personas que llevaban el nombre del santo surgió del departamento de obras sociales de la Caja como una actividad más. A este encuentro también acudieron los que llevaban el Bonifacio de segundo nombre como fue el caso de Guillermo Bonifacio Ramos, hijo de Teresa y Guillermo de la Heladería La Jijonenca.
En esa reunión dos Bonifacios llevaban el mismo nombre el padre y el hijo: Bonifacio Montesinos Poveda y su hijo Bonifacio Montesinos Moltó, y Bonifacio Navarro Bernabéu y su hijo Bonifacio Navarro Poveda. En este encuentro, únicamente hubo una mujer con el nombre de Bonifacia. A fecha de hoy son solo cuatro los Bonifacios que viven en Petrer, no habiendo ninguna mujer con este nombre.
Tras el encuentro que se celebró en el salón de actos de la Cooperativa Agrícola continuaron la jornada de convivencia con una comida que tuvo lugar en el Molí La Reixa. Con motivo de este acto la Unión de Festejos lanzó una propuestas: dado que el nombre de Bonifacio escaseaba y estaba desapareciendo entre los vecinos se pensó que se podía estimular a las parejas premiando con 10.000 pesetas a los que pusieran el nombre del patrón de Petrer a algunos de sus hijos. Esto nunca se llevó a cabo.
Esta crónica puede resultar curiosa y pone en valor la antroponimia o estudio de los nombres propios de personas ya que generalmente antes, más que ahora, solían estar ligados a los patronazgos y advocaciones de los pueblos. Estudios de este tipo pueden ser interesantes para conocer la evolución de los nombres de pila que han llevado los vecinos de Petrer a lo largo de la historia. Conocer a través de la onomástica los nombres de los pobladores es cuanto menos curioso.”
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